Soy voluntario porque soy ser humano…
… los humanos somos la única especie capaz de trabajar de forma cooperativa, es el rasgo que nos distingue en la naturaleza y el responsable de nuestra asombrosa evolución. Según Adela Cortina (Catedrática de Ética y filosofía política en la UV), la cooperación es el máximo grado de inteligencia, la persecución del máximo beneficio para uno mismo sin tener en cuenta los valores humanos se sitúa en el otro extremo de grado de inteligencia.
Ser voluntario significa querer cuidar, ocuparse de sus semejantes, atender a los que precisan más cuidados que uno mismo, y además, hacerlo sin percibir remuneración alguna. Y este altruismo del voluntario debe tratarse con el máximo respeto, y este respeto se manifiesta en facilitar los recursos y condiciones necesarias para el desempeño de su labor: cuidar de los demás.
Basamos la actual sociedad en un juego de máximo beneficio-mínimo coste, y nos olvidamos de que el recurso más importante e insustituible es el recurso humano. El ser humano posee un valor que ninguna máquina podrátener jamás: ética. La ética es el valor más importante del ser humano. Tener ética es muy rentable para una sociedad, ya que sus individuos se comportarán de una forma solidaria con sus semejantes y se reducen costes de todo tipo, no tener ética es condenarnos a todos al fracaso económico y social.
El voluntario manifiesta el valor humano con su ética, cuidando y participando en programas de inserción social, atención a las personas con discapacidad física o psíquica, educación, sensibilización… Tantas y tantas áreas, que ni la administración ni las empresas pueden abarcar… pero sí las personas, sí lo pueden hacer los voluntarios. Es de puro sentido común dar facilidades a estas personas para que puedan cuidar a otras, es sin duda lo más rentable.
Mi recompensa como voluntario es saber que estoy haciendo lo correcto, esa sensación que se experimenta es inigualable. Da lo mismo que no te haya visto nadie hacer esa buena acción, te has visto tu mismo y tu moral es la que te está juzgando. Pero cuando recibo el agradecimiento del beneficiario, la sonrisa del niño con el que he jugado, del anciano al cual he ayudado a llegar al baño… ahí es donde soy consciente de que no solo soy voluntario porque soy ser humano, sino que soy ser humano porque soy voluntario.